Alexandra Mesa Mendieta

José Gómez Sicre, Alejandro Obregón y Marta Traba:
Coleccionismo público de arte moderno en Colombia (1948-1965)

Alexandra Mesa Mendieta
Universidad Autónoma de Madrid

La abstracción y su carácter antinarrativo en lo que se refiere al discurso plástico, beneficia la visibilidad del arte producido fuera de los centros históricos tradicionales de occidente. Esta deshistorización de la imagen,  junto al liderazgo cultural de los Estados Unidos y la consolidación de una trama institucional latinoamericana en los años cincuenta y los primeros sesenta del siglo XX, respaldada por la OEA y trazada desde entidades especializadas con miras a la internacionalización del arte del continente, ofrecieron una estructuración de conceptos referidos a lo que debía considerarse como arte moderno y lo que no.

Si bien es cierto que para 1950 se podía reconocer y discutir el aporte al arte occidental, desde la abstracción, hecho por artistas venezolanos brasileros y de las naciones del Cono Sur; también es cierto que otras experiencias de arte no figurativo ligadas a las características sociales y políticas de cada país se gestaban en el continente. En el caso de Colombia, tras una fuerte controversia abstraccionismo-figuración  acontecida durante la década del los años 1940 y 1950 nuevas alternativas surgieron para los artistas, muchas de ellas cercanas a los lenguajes abstractos y al informalismo, y paradójicamente liberadas de la riña relacionada al carácter narrativo de la figuración.  En este proceso de redefinición para el arte y la modernidad en el caso puntual de Colombia, la gestión de tres personajes fue particularmente relevante: José Gómez Sicre, Alejandro Obregón y Marta Traba.

En 1962 Marta Traba asumie la dirección del Museo de Arte Moderno de Bogotá y hasta 1965 consigue reunir un importante acervo de obras de artistas latinoaméricanos, como resultado de una sólida relación con instituciones de arte en el resto del continente. Estas  cerca de  60 piezas pueden ser consideradas como la primera colección pública de arte moderno bogotana, con criterios claros de adquisición y enfocada en definir un perfil de artista moderno latinoamericano y potenciarlo a nivel  internacional, respondiendo a las circunstancias de la época.